Extendido más que nunca el uso de viviendas turísticas, las estafas relativas al alquiler de estos pisos se han ido multiplicando exponencialmente en los últimos años. Y lo que es más preocupante: ahora los afectados son los propietarios de los mismos. En esta ocasión no veremos de qué formas se puede engañar al turista, sino al propio dueño de la vivienda, el tercero en discordia más desprotegido legalmente.
Estafas a los propietarios en los alquileres de viviendas turísticas
Se ha convertido en práctica habitual que los medios alerten sobre los peligros que albergan los alquileres de pisos turísticos ilegales. Y no es para menos, puesto que a cada medida restrictiva y preventiva que se crea le sale una alternativa de fraude. Dado que se han extendido las normas relativas a la protección del turista que alquila el apartamento, los estafadores se aprovechan ahora del propietario de la vivienda para lucrarse ilegalmente.
Últimamente se han dado casos paradigmáticos de propietarios que han arrendado su vivienda y se han encontrado con que el inquilino la ha realquilado con fines turísticos. Esta desagradable situación empeora cuando, además, dicho inquilino no abona la cuantía mensual correspondiente. Se crea entonces un doble problema: no solo no le paga al dueño de la vivienda, sino que además se enriquece ilegalmente a su costa.
Otro supuesto que se viene repitiendo es la publicación de un anuncio en portales específicos de una vivienda, no por parte del propietario de la misma, sino del inquilino. Y es que tales plataformas de arriendo de pisos turísticos no son sinónimo de garantía. Se han dado casos en los que los dueños de viviendas no han conseguido retirar el anuncio publicado por el arrendatario, el cual hace negocio con una propiedad que realmente no es suya.
La falta de verificación de la identidad de los propietarios favorece que se den casos como este, desentendiéndose los portales de las perturbaciones que esto pueda suponer al dueño. Las plataformas dedicadas a alquileres vacacionales no suelen acotar este tipo de problemáticas, que pueden llegar a derivar en un proceso jurídico interminable.
Cómo evitar los fraudes
Las facilidades de Internet para acceder a infinidad de anuncios de alquileres de viviendas turísticas puede llegar a ser un peligro si no se tienen ciertas precauciones. Antes de alquilar, además de desconfiar de chollos, hay que asegurar ciertas afirmaciones publicadas en los portales. Por ejemplo, es conveniente cotejar en el Registro de la Propiedad que la vivienda pertenece realmente al propietario que la anuncia, el cual alquila de forma legal su vivienda para uso turístico.
¿Pero qué pasa con la situación del propietario? ¿Cómo se protege de estafas que pueda sufrir de parte de sus propios arrendatarios? Sin duda, lo que más garantiza un alquiler tranquilo a los propietarios es contar con un seguro de alquiler que englobe diversas materias: desde robos a bienes de huéspedes, siniestros, bricolajes, mala convivencia vecinal, etc. Y por supuesto un buen asesoramiento legal.
Las viviendas turísticas requieren de garantías que aseguren una estancia tranquila y sin sorpresas, no solo al turista, sino al propio dueño del piso. Por ello, contar con seguros que prevean todo tipo de problemas está empezando a convertirse en una necesidad imperante para los propietarios. ()