Si algo tenemos claro es que el coronavirus también va a afectar, gravemente, a la economía. El aumento del desempleo, el cierre de comercios y el parón de la industria afectará, de lleno, al mercado inmobiliario con problemas para muchas organizaciones: caída de la demanda y precios, además de una ralentización en la construcción de viviendas.

Parón de las ventas y caída de precios por el coronavirus

Es normal que, ante una situación de emergencia sanitaria como la que vivimos todos, la firma de hipotecas está bajando abruptamente. La economía se ha parado en seco, por lo que la compraventa de todo tipo de inmuebles está cayendo a un ritmo espectacular. No solo tememos por el futuro (aumento del desempleo, cierre de empresas, problemas con autónomos), sino que, como es lógico, muchas inmobiliarias han cerrado sus oficinas y, en el peor de los casos, han parado sus promociones para proteger a sus empleados.

Aunque no hay datos exactos todavía, los expertos coinciden en que los precios de los inmuebles, especialmente, los de nueva construcción, van a sufrir un impacto importante. Al menos durante el ejercicio 2020, ya que la mayoría de economistas consultados esperan, si la pandemia remite, que la economía recupere fuerza en el 2021. Podríamos decir que el año 2020 se da por perdido para constructoras e inmobiliarias.

Impacto pasajero de la crisis del coronavirus

El impacto según la mayoría de analistas será pasajero, especialmente, en el primer y segundo trimestre, coincidiendo con la pérdida de negocios y el aumento del desempleo. En el tercer y cuarto trimestre, pese a todas las incertidumbres reinantes (¿qué ocurrirá en otoño con el virus?), se espera que la actividad repunte con fuerza: la economía sufriría una crisis momentánea, en forma de V y, en el peor de los casos, en forma de U; esperamos vivir, en el primer caso, una caída abrupta y recuperación igual y, en el segundo, una caída fuerte, con varios meses negativos para, posteriormente, remontar lo perdido.

La oferta de viviendas de alquiler se dispara de las ciudades más turísticas

Aunque es pronto para que podamos realizar un análisis exhaustivo, si algo han notado las páginas inmobiliarias de venta o alquiler de viviendas es que, ante el parón del turismo por la situación sanitaria, muchas de las viviendas destinadas al alquiler turístico han pasado, directamente, a ser oferta de vivienda residencial. Basta con observar la oferta en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla para ver decenas de inmuebles que esperan ser alquilados. Incluso la empezamos a notar en zonas turísticas de playa.

Ante la falta de demanda, la caída de precios puede ser acusada en las zonas donde se registraban las mayores alzas que habíamos observado hasta la fecha, sobre todo, en las segundas residencias y viviendas de lujo, las más afectadas por esta crisis.

Moratoria hipotecaria para proteger a los más vulnerables

El Gobierno de España ha aprobado una moratoria hipotecaria para proteger a los empleados que hayan perdido su puesto de trabajo. Se calculan por miles los ERTE a lo largo de toda la geografía española. La intención del ejecutivo es reducir el impacto de la crisis en la economía. No obstante, debemos tener en cuenta que serán las arcas públicas las que, a largo plazo, sufran más: el déficit y la deuda se van a incrementar. En este caso, los propietarios de la vivienda estarán protegidos, al igual que los inquilinos.

La crisis del coronavirus ha provocado, también en el sector inmobiliario, un auténtico terremoto. Comenzamos a ver un descenso de precios a medida que la oferta se multiplica, mucha de ella procedente de viviendas que se destinaban al alquiler turístico. Contar con un seguro para alquileres turísticos, en estos momentos, nos protege más que nunca.

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